¿Te gusta el futbol? ¿Juegas Futbol?, imagino que en estos momentos todos, los que jugamos y los que observamos, somos parte de este deporte que moviliza a la gran mayoría. La pregunta clave es: ¿Cómo te sientes antes, durante y después de ver un partido del Mundial de Futbol?
Es bastante probable que hayas notado las diferentes emociones que expresan tú y otras personas al vivir el mundial ¿Por qué suceden esas diferencias? La diferencia está en las creencias respecto al deporte, al futbol y sobre todo a lo que éste significa en esta época de tu vida.
En ocasiones pensamos que nuestra alegría depende de un gol y de que nuestro equipo gane, y cuando eso no sucede, algunas personas se sienten deprimidas, otras furiosas, etc. Básicamente, estas emociones intensas suceden porque las personas tienen muchas expectativas sobre ganar, y muchas ideas de lo que ello significa. Generalmente, esas emociones intensas, aparecen al pensar que perder un partido, es lo peor que puede suceder en el mundial, y que significa algo negativo para el futuro del equipo y, por lo tanto, ello puede significar algo sobre el valor personal de los jugadores y de los seguidores del equipo.
Por supuesto, es más difícil aceptar que se pierde un partido cuando el equipo es el nuestro, el de nuestro país, porque esos pensamientos sobre el valor personal, es decir, cuánto valor tienen las personas, están dirigidos al valor de todo el equipo como representación del país y ello, nos involucra.
Sin embargo, debemos tomar en cuenta que lo que busca un deporte es, en general, promover y practicar valores. Al pensar en la pregunta ¿Qué es lo maravilloso del futbol? Nos puede venir a la mente: la práctica de valores, el trabajo en equipo, la solidaridad, la confianza en que el otro hará algo por ti, el impulsar el desarrollo de los integrantes, la disciplina, la expresión emocional, el esfuerzo, la tolerancia a la frustración y el reponerse a los retos y perdidas, el respeto por las normas, la toma de decisiones, asumir la responsabilidad de lo que se hace y algo sumamente importante: la regulación emocional.
Ahora piensa en tres de los goleadores que admiras: ¿alguna vez fallaron al tratar de meter gol en un penal?, ¿Alguna vez hicieron una mala jugada que generó se pierda un pase?, o ¿finalmente su jugada hizo que su equipo pierda? Nunca sabremos a ciencia cierta el por qué fallaron en la jugada o por qué no lograron meter el gol; lo que si sabemos es que generalmente influye el estado emocional y que los seres humanos no somos maquinas perfectas, sino que fallamos en muchos momentos.
En la vida, como en el deporte, es común buscar evidencia que respalde nuestras ideas y nuestras emociones. Por ello, lo más común es buscar culpables de lo que pensamos y sentimos, sin recordar las estadísticas de que en la vida todo puede suceder, independientemente de que nos guste o no. En la historia del futbol, hay futbolistas que jugaron el mismo día que un familiar falleció, o cuando sufrieron días atrás una recaída de alguna enfermedad preexistente. Y podemos suponer que sus ideas y emociones, estuvieron centradas en realizar una conducta efectiva para el partido. Otras veces, puede ser que los jugadores no hayan tenido vivencias tan dramáticas, pero sus emociones no fueron las óptimas para salir a la cancha e influyeron en que su desempeño no fuera el mejor para ayudar a que el equipo gane.
Por otro lado, están los hinchas, que siguen a su equipo y que juzgan a sus jugadores cuando estos no logran lo que se espera, ¿pero de qué manera ayuda culpar a un jugador? ¿Acaso no hay evidencia de que en otras ocasiones jugo bien? Aprender a manejar nuestras emociones y tolerar la frustración respecto a que nuestros deseos no se cumplan, es clave para tener un manejo emocional saludable. Sabemos todos, que deseamos ganar, es una tremenda alegría celebrar. Pero tal vez, vale la pena reflexionar sobre la confianza que tenemos que desarrollar para decidir celebrar los valores, que nuestro equipo sigue construyendo y practicando.
Por tanto, hay que mirar la analogía de la vida con el deporte, y si de toda experiencia se obtiene un aprendizaje, podemos aprender a alegrarnos de que millones de peruanos ven a nuestro país en un Mundial de Futbol después de tantos años, los niños y las niñas están aprendiendo valores y costumbres respecto al deporte y al estilo familiar en el que están viviendo esta experiencia y, que luego replicaran en la crianza de sus hijos.
Te invitamos a pensar: ¿Cómo quieres sentirte en los siguientes partidos de Perú?
¡Que viva el Perú!!!
Instituto de Psicología de Lima (IPL)