En algún momento de la adolescencia (o antes o después) pensaste en ¿qué te gustaba de tu mamá? y ¿qué  es lo que no te gustaba de sus actitudes?

¿Hoy eres madre? ¿Qué expresiones emocionales y que conductas has replicado? ¿Cuáles has repetido o creado? ¿Te atrae la idea de ser mamá?

En tu concepto de Madre influyo lo que viste y oíste de tu mamá, de tu familia, de tu sociedad, de tu cultura – incluidos los mensajes religiosos  seas o no creyente –  y principalmente de toda aquella experiencia que viviste con intensidad emocional.

Lo cierto es que tus pensamientos sobre la maternidad y el ejercicio de ella se han consolidado, sin embargo podrían cambiar a partir de otras influencias y de tu cambio de objetivos.

Seguro habrás oído que “ser madre es…..”  Lo importante es que decidas que pensamientos van a guiar tus expresiones emocionales, tus valores y tus conductas de madre.

Sugerimos que cuando críes a tus hijos, tomes en cuenta lo que la psicología ya investigo por décadas sobre los estilos de crianza, el apego y todo aquello que influye positivamente en la construcción de la personalidad.

Generalmente cuando pregunto a las mamas: ¿Qué desean para sus hijos?  La mayoría dice: “que sean felices”.

La felicidad es una decisión. La decisión de ser feliz se aprende, y también es cierto que los padres y madres influimos en ello. Sobre todo cuando transmitimos formas de pensar y de construir el mundo, es decir: valores y costumbres.

Elabora una lista sobre los mensajes que recibiste en tu crianza sobre: la pareja, la familia, los estudios, los estudios, la religión, la alimentación, el deporte, la amistad, la vida social y otras áreas importantes de la vida y luego pregúntate ¿Qué de eso quiero repetir como mamá? ¿Qué quiero cambiar? ¿Por qué? ¿Cómo lo hare? ¿Cuándo quiero empezar a hacer el cambio?

A partir de las respuestas a las preguntas, tomaras decisiones y así habrás formado o reformulado tu concepto y practica de “MADRE”.

Adela Jara Del Águila

Psicoterapeuta de Pareja y Familia

Compartir: