A partir de un trabajo hecho por el psicólogo de Harvard Daniel Gilbert, expertos de la región analizan las diversas posibilidades en que dinero y felicidad pueden cruzarse.
Aunque ha sido una discusión larga, lo cierto es que con mayor fuerza en los últimos años el dinero se ha ido colando en la ecuación de los factores que inciden en la felicidad.
Si bien las opiniones han estado divididas, el psicólogo de la Universidad de Harvard y autor del bestseller «Stumbling on happiness» («Tropezar con la felicidad»), Daniel Gilbert, sorprende con ocho postulados en los que el dinero puede influir de buena forma en las personas.

Para el doctor en psicología y docente chileno de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo, David Sirlopú, «varias investigaciones han demostrado que las personas que son más felices, tienden a desarrollar más habilidades para ganar más dinero. Esa conexión también depende del grupo que se mida. Así, personas con escasos recursos económicos se sentirán felices si reciben una cantidad de dinero que les permita cubrir sus necesidades básicas. En el caso de los millonarios, esto lógicamente será más difícil».

Cuestionamientos

Ante la clásica premisa, la decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de las Américas, Francisca Infante, postuló que «efectivamente los estudios muestran que los índices de felicidad o de bienestar subjetivo están distribuidos en forma inequitativa dependiendo del nivel socioeconómico. Sin embargo, el dinero es sólo uno de los componentes. Otros, son las relaciones que tenemos con las personas y las oportunidades que se nos dan o que creamos en nuestra vida cotidiana, para el desarrollo personal y social».

Dentro de este cuestionamiento las preguntas “¿Qué es la felicidad?” y “¿Qué me hace feliz en esta época de mi vida?” son importantes a tener en cuenta, según Adela Jara Del Águila psicóloga clínica, psicoterapeuta cognitiva y socia fundadora del Instituto de Psicología de Lima.

«Seguro que la respuesta varía en las personas de diferentes edades y culturas, incluso en las diferentes épocas de sus vidas. Por ejemplo, si con dinero compro un terreno para construir y dirigir un albergue para niños, entonces desarrollo y pongo en práctica mi valor de la solidaridad, es diferente que si prefiero invertir el dinero solo una vez al año – en Navidad por ejemplo – llevando regalos a niños de escasos recursos. El dinero permite acceder a bienes y servicios que solucionan problemas, de lo contrario tendríamos que dedicar la mayor parte de nuestra vida a conseguir dinero para obtener esos bienes y servicios, en cuyo caso difícilmente podríamos dedicarnos a hacer las cosas que nos hacen felices», comenta.

Por lo mismo, Sirlopú llama a tener en cuenta «la gran diversidad de formas en las que podemos concebir el concepto de felicidad. Otra dificultad es si estamos evaluando la felicidad en general o la felicidad que uno se siente en la vida diaria, entre otras. A esto se suman los resultados de algunas investigaciones, en apariencia, sorprendentes. Por ejemplo, se ha observado que el alza sostenida en la situación económica de los estadounidenses a lo largo de cinco décadas, no ha ido de la mano con un incremento de la felicidad».

Las ocho formas de Gilbert

Según la publicación del psicólogo de la Universidad de Harvard, las premisas a considerar en este tema deben relacionarse con xxxxx

Comprar más experiencias y menos cosas materiales

El libro señala que gracias al dinero es posible acceder a más experiencias, frente a la posibilidad de adquirir cosas materiales. Un estudio del Journal of Consumer Psychology asegura que el 57% de las personas consultadas se reconoce más feliz a partir de las cosas que vive frente a las cosas que compra. A la inversa, las respuestas se ubican en el 34%.

De acuerdo a Jara Del Águila, en la última década se desarrolla la idea de que las experiencias –principalmente los viajes – traen un nivel de bienestar duradero. «Ello influye positivamente porque permite que las personas puedan decidir ser felices de maneras menos convencionales a las de épocas pasadas», en las que se transmitía la idea de que la felicidad se limitaba a lo que se compraba.

En tanto, para Sirlopú esta nueva tendencia va de la mano con una individualidad «hiperbolizada», en el sentido que «ya no basta con adquirir un objeto llamativo como un auto de lujo; ahora importa también acceder a bienes intangibles como ‘vivir experiencias’, que pueden ser disímiles. Esto suele acompañarse de la difusión de imágenes en las redes sociales –con lo cual se trata de comunicar que se estuvo en un lugar o con cierta persona— y a la vez transmitir la experiencia de ese preciso instante a otros. En tal sentido, una felicidad que dependa tanto de las reacciones positivas que puedan dar los demás, seguramente no será muy satisfactoria».

Sin embargo, ante este punto Infante pone énfasis en que si bien «hay una tendencia a privilegiar la experiencia y la sensación de bienestar subjetivo por sobre las cosas materiales esto no puede distraernos de lo relevante que es generar condiciones de vida para todos y entre todos que nos permitan ser felices».

Usar el dinero para beneficiar a otros y no a uno mismo

Otro punto de «Stumbling on happiness» es la posibilidad que da el dinero para beneficiar a otros y no a uno mismo, mejorando con ello las relaciones sociales y proporcionando gran felicidad. Los investigadores dieron dinero a estudiantes de la University of British Columbia y le dijeron que podían gastarlo en ellos o en otros. Al final del día, aquellos que lo gastaron en otras personas dijeron estar más felices que quienes lo gastaron en sí mismos.

Es preferible comprar muchos placeres chicos a pocos placeres grandes

El tercer planteamiento de Gilbert es que comprar muchos placeres chicos es preferible a pocos grandes, pues la felicidad está asociada a la frecuencia por sobre la intensidad.
Otros factores que se suman en este punto son la novedad (cuando no se ha experimentado antes), sorpresa (no se esperaba que sucediera), incertidumbre (cuando no se sabe a ciencia cierta el resultado de la experiencia) y variabilidad (cuando el evento va cambiando). Todos estos elementos hacen que le preste más atención al prurito de ayudar, obteniéndose con ello cuotas de gratificación.

Evitar garantías prolongadas u otras formas de seguro caro

El estudio asegura que las personas resuelven los acontecimientos negativos mucho mejor de lo que se imaginan, pues las personas también se adaptan a las situaciones malas o adversas y el sistema inmune psicológico protege al ser humano de malestares.
«Los consumidores, por supuesto, a menudo compran con el arrepentimiento futuro en mente. Lo que no saben es que sus cerebros ya están equipados con un mecanismo de reducción de infelicidad, posible de ser utilizado de manera gratuita», afirma un texto en el que también participó Gilbert.

Consumir de modo retardado

Es más disfrutable cuando uno está deseando recibir determinado placer, que recibirlo de un momento a otro sin esperarlo. Por eso, postergar las cosas buenas hace que las personas sean más felices. Por ejemplo, cuando uno compra un paquete de galletitas, si se las come enseguida puede que saboree todas las unidades, pero si espera para comerlas más tarde, se le agrega el placer de haber deseado hacerlo durante mucho rato antes.

Considerar cómo las características del objeto de consumo afectan en el día a día

Al momento de comprar algo, hay que tener en cuenta cómo eso puede llegar a afectar en el día a día. Un ejemplo de esto sería el poner una piscina en la casa puede ser una buena idea en principio, pero si se considera todo lo que se gasta en mantenimiento y en limpieza quizá ya no sea tan buen negocio, debido a que puede traer más dolores de cabeza de lo que uno en principio se imagina.

Cuidado con las comparaciones previo a las compras

Si se compara muchas opciones antes de comprar puede perder la atención de lo que es realmente importante. A veces las personas terminan gastando tiempo en definir por pequeñas diferencias, cuando la realidad es que probablemente todas las opciones terminen dando, a grandes rasgos, los mismos beneficios en el largo plazo.

Prestar atención a la felicidad de los otros

Las cosas que se vuelven populares generalmente tienen un motivo para serlo. Si a otros les causa placer o felicidad, entonces sería oportuno ir por el mismo camino y poder disfrutar de esas cosas igual que el resto.

Mejor ecuación para lograr el equilibrio entre dinero y felicidad
Al momento de ver cuál es la mejor ecuación para lograr el equilibrio entre dinero y felicidad, las respuestas son variadas y, nuevamente, depende de las necesidades y proyecciones de cada persona.

No obstante, los profesionales enfatizaron en no se incluya al dinero como factor preponderante dentro de esta relación. «Para empezar, no se puede asumir que el dinero sea el factor causal de la felicidad, puesto que el orden de esta ecuación también puede variar», aseguró el doctor en psicología.

Por ello, la socia fundadora del Instituto de Psicología de Lima pone una alerta, dado que «cuando se invierte en bienes materiales se suele tener la sensación de que nada es suficiente y la mente empieza a comparar: “¿Quién tiene más bienes que yo?, debo tener más bienes para ser mejor que ellos”; en esos casos el problema consiste en centrar el valor humano en algo externo, y de esa manera no se puede alcanzar la estabilidad emocional que si está presente en la felicidad».

Es así como Infante prefiere centrarse en generar experiencias cotidianas de felicidad, como «caminar unas cuadras más al trabajo, o estar más conscientes del día y de las cosas buenas que nos pasan. Junto con avanzar hacia un país más equitativo, con trabajos dignos, salud, educación y transporte público de calidad».

Al momento de enumerar qué factores de compra deben hacerse de manera más consciente para que el consumir algo vaya de la mano con la felicidad, tanto Sirlopú como Jara Del Águila concuerdan que lo importante es preguntarse primero «‘¿realmente necesito esto?» y a partir de esas respuestas tomar la decisión de comprar.
* Con información de El Observador

Publicado el 12 de Marzo 2015 en:
http://lifestyle.americaeconomia.com/articulos/expertos-proponen-ocho-formas-en-que-el-dinero-puede-ayudar-la-felicidad

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