¿Has procrastinado últimamente?…¿Qué significa este término que actualmente escuchamos con mucha frecuencia?

Procrastinar significa aplazar o posponer algo, una responsabilidad, una tarea, un deber, etc; para cambiarlo por otra actividad que nos resulta más placentera. En otras palabras, es una manera de evitar responsabilidades o decisiones “que no nos gustan” mientras nos refugiamos en actividades que son mas gratificantes para nosotros. En realidad, no es solamente elegir algo agradable sobre algo que no tenemos ganas de hacer, es inclinarnos por cualquier otra cosa en lugar de lo que sabemos que deberíamos hacer.

Veamos esto con un ejemplo: digamos que tienes un examen y para eso tienes que estudiar, justo cuando estás por empezar a estudiar, te pones a responder un mensaje en tu celular y pierdes unos minutos, vuelves a intentarlo y optas por ver un capítulo más de esa serie tan interesante en Netflix, te vuelves a sentar y te paras para ir a tomar un vaso de agua y así sucesivamente realizas otras actividades, mientras el tiempo sigue avanzando y aún no logras sentarte a estudiar para tu examen.

Hoy en día, las personas procrastinan de distintas maneras, algunas deciden ordenar, otras limpiar, otras ir de compras, e inclusive hay quienes se vuelven dependientes de ciertas actividades como las redes sociales (Instagram, Facebook, Snapchat, entre otras), Netflix, celulares, videojuegos, internet, etc.  Todas éstas son formas de continuar con momentos de distracción o disfrute y no de asumir lo que corresponde.

Entonces, ¿Por qué procrastinamos? No existe una respuesta única para esta pregunta, pues procrastinamos por muchas razones. Entre ellas, se encuentran pensamientos como: “dado que no tengo ganas, no debo hacerlo”, “las cosas deben salirme perfectas, sino no tiene sentido hacerlas”, “¿y si invierto mi tiempo y me equivoco?” “¿y si no lo hago bien?”, “¿y si tengo éxito y no se qué hacer después?”, “¿y si en realidad no sé hacer nada mas que eso?” o “¡no soporto tener tantos pendientes!”

Por todo lo mencionado anteriormente, la procrastinación se puede asociar con un trastorno del comportamiento, ya que la persona llega a sentir ansiedad, culpa, cansancio, dolor, incomodidad, fastidio, frustración, temor y estrés frente a las actividades que tiene que realizar pero que finalmente, pospone para un futuro ideal, normalmente “el día de mañana” en el que piensa que tendrá el tiempo suficiente para realizar aquella actividad que sigue postergando “para después”

¿Hay alguna manera de evitarla?  Si, muchas, por ejemplo hacer una lista de tareas y cumplirlas diariamente puede ser de gran ayuda para dejar de procrastinar. Otra forma de ayudarnos es, a través de la recompensa, premiándonos con algo que nos gusta, cuando logramos terminar alguna tarea. Finalmente, establecer tiempos cortos y cumplir con las actividades, es otra manera de poder realizar nuestros deberes.

En consecuencia, todas las personas procrastinamos en alguna medida, lo importante es saber cuándo parar y evaluar si estamos priorizando nuestras tareas de manera adecuada.

Tomar un descanso y dejar de pensar en las responsabilidades puede ser necesario y saludable, pero no podremos huir eternamente de nuestras tareas. Por ello, se debe trabajar en la autodisciplina y en la regulación emocional, para así lograr cumplir, por propia voluntad, con nuestras responsabilidades y que esto se dé en forma constante.

Algunos pensamientos que pueden ayudar en la autodisciplina y la autoregulación son: “el inicio será incómodo, sin embargo, lograré esto que he venido aplazando por tanto tiempo”, “me siento incómod@ pero puedo tolerarlo”, “alguna emoción tengo que sentir para lograr mis metas”.

Vale la pena ponernos a pensar en una pregunta ¿Quién dice que hay que tener ganas para hacer las cosas?

¿Te ánimas a dar el cambio y trabajar en ti?

 

Stephanie Elbers A .

Instituto de Psicología de Lima

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