Después de muchas circunstancias, ya sea porque no te sentías en el momento apropiado o con la pareja indicada, o porque sabias que con un pareja del mismo sexo sería difícil o porque pensabas que no tenías las condiciones necesarias, el deseo de tener un hijo se volvió largo, frustrante y agotador. Generalmente, no se espera que esta situación sea así, pues para la mayoría de personas, decidir tener un hijo , tenerlo y conformar una familia no parece entrañar mayor esfuerzo o dificultad. Por lo que es clave entender que cuando atravesamos por una situación así, es fundamental contar con apoyo psicológico.

En la actualidad, para muchas personas la idea de tener un hijo surge como una idea bonita, esperanzadora, que genera alegría y miedo, además, muchas veces empieza como una idea de trascendencia y de futuro; pero luego termina convirtiéndose en una situación difícil, frustrante y desesperanzadora, casi en un tormento. Con todo esto, afortunadamente las nuevas “configuraciones familiares” amparadas en muchos lugares por leyes, que reconocen los derechos reproductivos sin distinción de sexo o condición socio económica, han cambiado los paradigmas de “familia”, de manera que  muchas personas pueden acceder a Técnicas de Reproducción Humana Asistida (TRHA) con donación de gametos tanto parejas de distinto sexo, madres solteras por elección  o parejas monoparentales o igualitarias. Por lo que esta propuesta representa una esperanza, e igual conlleva un sin fin de nuevas experiencias.

            Transitar el camino de tener una familia a partir de la donación de gametos de un tercero, sea por la necesidad de un ovulo o de un espermatozoide, genera todo un camino de dudas e inquietudes por pensar y resolver, conduciendo a estados emocionales a los que cabe darles un lugar y un espacio, y ello bien puede hacerse en un espacio psicoterapéutico. Los pensamientos y emociones a los que cabe prestar atención y brindar ayuda, o por lo menos tener información relevante, no son sólo los de la futura madre y/o la pareja, sino también los de las personas con quien quiere relacionarse a futuro la mujer y/o su pareja, pues son quienes preguntan y cuestionan el cómo y el porqué tener un hijo de tal o cual manera. La mayor parte de estas ideas probablemente giren alrededor de cómo se vivirá esta experiencia, cuanta efectividad tendrá, sera o no serán parecidos a ellos, etc.

Es de esta manera que el deseo de tener un hijo, pasa de ser una situación natural y espontánea, a representar todo un tiempo de reflexión, dudas, aprendizajes, y de toma de decisiones con respecto a todas las posibilidades que existen para concretar el deseo.

             La incertidumbre, los nuevos términos (inseminación, FIV, transferencia, inyección intra citoplasmática, etc.), los constantes exámenes y todas las nuevas vivencias requieren de una preparación no solo desde lo emocional, sino también desde el conocimiento para poder tomar decisiones constantemente. Ello requiere aprender sobre todo lo que implica entrar en este proceso, y prestar atención a los aspectos físicos y también sociales.

Muchos autores indican que hay que pasar por un “duelo genético”, pues los sentimientos de tristeza, frustración, ansiedad, preocupación, etc., por los que se atraviesa en estas circunstancias, tienen que ser entendidos y afrontados. Y ello será más fácil si se trabajan en un espacio psicológico, o en la compañía de un grupo de personas que reconocen la misma situación.

            Escuchar al medico decir “tu esperma es nulo” o “tus óvulos no sirven” o “tú ya no puedes”, es afrontar una cantidad de emociones, que se pueden volver inmanejables. Por lo que el trabajo consiste en pasar el duelo genético y salir de la idea del parecido físico, es decir, salir del “¿A quién se parecerá?”, y caminar hacia la idea sobre qué es lo que realmente se hereda o “¿Qué es lo que no heredara?”. De esta forma se llegará a la esperanza de los tratamientos, que aumentan significativamente las posibilidades de hacer una familia.

Esta situación emocional que puede ser paralizante, va transformándose en un proceso hacia la vida, cuando la persona se coloca en un lugar donde las dudas respecto a la donación surgen y aparecen preguntas tales como: ¿Qué exámenes les realizan a los donantes?, ¿cómo es la selección de donantes?, ¿se puede elegir a los donantes?, ¿la donación es anónima o no?, etc. Toda pregunta tiene una respuesta, y el psicólogo especialista en infertilidad promueve que esas respuestas se basen en evidencias. Para finalmente terminar con la idea que impulse la toma de decisiones, pues padre o madre es quién cría y brinda amor y ese es el pensamiento que prevalece al momento de decidir tener una familia.

En este proceso, hay información que ayudara a tomar decisiones. Por ejemplo entender la epigenética, que se define como el estudio de la expresión genética en interacción con el medio en el que se desarrolla. Por lo que aquí, hay todo un mundo por conocer respecto a todos los cambios que pueden existir durante la gestación en la calidad embrionaria después de la transferencia,  pues será la madre quien nutra a ese embrión durante los meses de embarazo. Por lo que importa en este recorrido, es que los lazos de sangre o lazos genéticos, son en realidad lazos de amor, de cariño, de valentía, de determinación, de entrega y de devoción en la relación madre/hijo. La genética y la gestación en sí, no determinan la relación de amor en las familias.

Además, es importante notar los rápidos cambios en la conformación social actual, hay más de 6 millones y medio de niños nacidos por TRHA, no existe un registro del porcentaje de aquellos que vinieron al mundo por donación de gametos o donación de embrión, lo que sí se sabe es que el mayor banco de esperma del mundo en Dinamarca ha brindado más de 50,000 espermatozoides para parejas igualitarias, Madres Solteras por Elección y parejas heterosexuales. Si a eso aumentamos el número, quizá similar, de donantes de ovulo y/o embrión, tenemos un número significativo de nacimientos por donación.

Es una realidad que los niños y niñas conviven en los colegios con un porcentaje de compañeros que vinieron al mundo por TRHA. Aprovechemos para generar espacios de reflexión respecto a lo que significan las “nuevas configuraciones familiares”, no solo desde la información pertinente para que los adultos abran su mente, sino también para que se aproximen a procesos psicoterapéuticos que los acompañen en las diversas formas de ampliar el número de integrantes de una familia. Finalmente, hay que tener en cuenta que familia es familia.

Ma. Cecilia Solano Carranza
Psicóloga Clínica – Psicoterapeuta

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